Gabriel Mathews, Haran

Nombre completo: Gabriel Mathews

Pseudónimo: Haran

Edad: 26

Raza: Humano

Preferencia: Suke, se desconoce su fertilidad.

Rango: Humano esclavo

Profesión: Librero

Descripción Física: 
Se trata de un joven de 1'78 de altura. Era alguien atractivo, esbelto, de complexión delgada pero atlética y ligeramente musculado. Parecía ser alguien que gozaba de buena salud y se cuidaba bastante, a pesar de tener un pelo despeinado corto. 

De él resaltan sus ojos azules cristalinos casi grises ante su pelo castaño, ahora largo con un flequillo extremadamente largo, bajo el cual se pueden vislumbrar unas ojeras de varios días sin dormir y una expresión de cansancio acumulado. 
Aquel que antaño gozaba de salud y buen ver, ahora parecía que se lo habían succionado todo, aparentando alguien débil. A pesar de ello, bajo esa capa todavía quedaban rastros de atractivo del castaño.


Comportamiento: Ya no se trata de la persona que era años antes, ya no era es joven con la cabeza centrada, aquel que era tranquilo y agradable, reservado y con caracter, un chico ejemplar estudioso y agradable de tratar. 
Se trata de alguien reservado, voluble, alguien desconfiado, alguien fácilmente de influenciar, enfrascado en su trabajo y la librería. Su sordera de un oído hace que esta desconfianza hacia otros y el menosprecio a si mismo se acentúe según su estado de humor, el cual es muy variable según los días.
De aspecto cansado, agotado, da la sensación de que saldrá volando con solo soplarle. 

Gabriel es alguien mentalmente inestable, arrastrando consigo una enfermedad psicológica denominada " Trastorno límite de personalidad" o abreviándolo "borderline". A raíz de los acontecimientos con su familia y de su condición física de estar sordo, cayó en una depresión que desarrolló en dicha enfermedad. De ahí también el continuo odio hacia sí mismo y la horrible vergüenza que siente por estar en tal situación. Pocos vestigios existen del antiguo Gabriel, cuando afloran entre tanta distorsión mental, aparenta alguien que intenta luchar por si mismo.

¿Qué es un Borderline?

Spoiler:

Le gusta:
- La lectura
- El café
- Tocar el piano
- Es un fumador compulsivo
- La música clásica

No le gusta:
- No tiene apenas sentido del humor (no como antes), por lo que no le gustan las bromas
- El silencio absoluto
- Los lugares pequeños (algo de claustrofobia)
- Las confianzas demasiado rápidas


Historia:

Nació en el seno de una familia de libreros en pleno centro de Londres. Tanto sus padres, su hermana y él gozaban de tranquilidad y cierto respeto por los ciudadanos, su librería era una de las más visitadas y de las más antiguas. Era una familia acomodada, sin ningún problema ni enemistades.

Gabriel era un estudiante ejemplar, pues gozaba de una mente brillante para memorizar cualquier cosa. Era muy bueno en idiomas, por lo que llegó a estudiar Filología junto con Traducción e Interpretación simultáneamente, sacando sendas carreras con matrícula.

Pero un día, tanto su madre como su hermana murieron en un accidente de tráfico, lo cual dejó a la pequeña familia Mathews pendiendo de un hilo. El chico apenas había cumplido los 16 en aquel momento. Aquello era un horror para su padre y él, que desanimados, decidieron mudarse, regentando entonces una librería en una callejuela transitada.

Su padre no lo llevaba tan bien, una depresión le comía por dentro poco a poco desde la muerte de su esposa y su hija, depresión que le llevó a la tumba.

Gabriel era alguien que aceptaba lo que ocurre, aceptaba el destino que le estaban poniendo delante, por lo que siguió adelante con el negocio, optando poco a poco a no llamar la atención de los que podían frecuentar su tienda, llegando al punto de en ocasiones no abrir y esconderse entre la pila de libros amontonados en los rincones.

Desde hace año y medio la muerte de su hermana y sus padres desarrolló una desconfianza extrema en él, aquellos episodios que sin quererlo, han sido traumáticos para él, provocaron que su conducta y comportamiento cambiasen por completo, haciendo ser quien era ahora. Y el hecho de haberse encerrado y aislado de absolutamente todo no ayudaba en absoluto. Ni siquiera el tocar el piano o una simple lectura ayudaban a calmarle.

Al principio, siendo consciente de su situación, visitaba a un médico rebelde, provisionándose de su medicación pertinente para controlar aquellos ataques constantes, pero por miedo, dejó de acudir a él, quedándose ya sin lo poco que le separaba de la completa demencia y las ganas del suicidio, pues, el hecho de olvidar todos aquellos hechos era poco probable.


Foto:
Papitas rojas

Spoiler: